domingo, 22 de junio de 2008

La directiva de la vergüenza

Recuerdo con emoción ese 1 de enero de 1986, fecha en la que España ingresó en las entonces llamadas Comunidades Europeas (hoy UE). Suponía un importante reconocimiento internacional para un país que comenzaba a disfrutar de su recién estrenada democracia.

Desde entonces, siempre he sido una gran defensora de la UE y de lo que esos ideales significaban, digo significaban ya que ahora mismo no me reconozco en ellos. En estos momentos me avergüenzo de ser europea.

Me avergüenzo de un Parlamento Europeo que ha permitido aprobar una directiva sobre inmigración que vulnera los derechos y libertades más básicas de las personas.

Me avergüenzo de una UE que ha olvidado su pasado y defiende ahora la criminalización de aquellos que vienen en busca de un futuro mejor, el mismo camino que nuestros abuelos recorrieron no hace tanto.

Me avergüenzo de unos europarlamentarios socialistas españoles (a los que en su momento yo apoyé con mi voto) que han preferido mirar para otro lado y apoyar esta infame directiva. Todos excepto 3, cuyos nombres conviene no olvidar: Josep Borrell y Ramón Obiols, que votaron en contra, y Marti Grau i Segu, que se abstuvo.

Me avergüenzo de un Gobierno (al que yo también elegí) que intenta ahora justificar lo injustificable, y que, con el único objetivo de no perder votos, ha decidido endurecer su política de inmigración alineándose con los dirigentes más retrógrados y populistas de Europa, como Sarkozy y Berlusconi.

Me avergüenzo de unos ciudadanos europeos que permanecen impasibles ante actuaciones como estas y que sin embargo son capaces de movilizarse ante un partido de fútbol o cualquier otro evento deportivo.

Coincido plenamente con Soledad Gallego-Díaz cuando dice que el pasado miércoles (fecha en la que se voto la directiva en el Parlamento Europeo) fue “un día triste” para todos los que hemos creido en la construcción europea, ya que vemos “cómo se aleja un propósito europeo que ha sido para muchos de sus ciudadanos un proyecto que protegía las libertades, ponía límites a la demagogia y al populismo, y aseguraba la racionalidad y el derecho. Si el camino que se empieza a recorrer es otro, si la construcción europea ya no es un objetivo basado en esos principios quizás no merezca la pena. Si el PE no ha sido capaz de paralizar una directiva como ésta, entonces, hay que replantearse muchas cosas”.

4 comentarios:

Unknown dijo...

jo... como está el patio... llevo días sin leer el periódico así que no me he enterado de nada...buf!!

Oye, le he pasado a YOYOYO el contacto nicaraguense que me pedísteis hace mil siglos, que te lo va a dar hoy vale? besitos!!

yoyoyo dijo...

si a esto añadimos lo de la jornada de 65 horas.... como anda el patio europeo efectivamente. En esto sí parece que nuestro gobierno se opone
Izzy, no es hoy es en esta semana, pero claro que se lo doy. Besos

Calimero dijo...

Gracias Izzy, esta semana yoyoyo me lo dará :-)

Besos a las dos

eFi dijo...

Y aquí estamos, los descendientes de inmigrantes, viendo como el ser humano sigue siendo una veleta, que se dirige según las corrientes del viento.
Las políticas cambiarán cuando la gente comience a exigir a los dirigentes que han elegido, la coherencia, la consecuencia de sus actos, que reflejen realmente sus palabras preelectorales.
Mientras esto no ocurra, seguiremos unos pocos levantando las banderas para concientizar al resto.
Besos y gracias por levantar tu bandera en ese continente.