jueves, 4 de octubre de 2007

Trabajo, trabajo, siempre trabajo

Llevo muchos días sin escribir, el motivo es que sólo un tema ocupa mi mente día y noche: trabajo. Duermo mal, estoy todo el día en tensión, nerviosa..., un desastre. Podría ser algo personal, pero cuando en un equipo , todos menos una persona, estamos igual, es que algo pasa. Y lo que sucede es que tenemos un jefe paranoico, prepotente, violento, autoritario, en definitiva un maltratador en potencia, sólo le falta llegar a las manos con nosotros. Cada día es un infierno, desde primera hora de la mañana (y cuando digo primera es primera, porque madrugamos bastante más que la media) llueven los gritos, las malas palabras, el desprecio, el desdén, las amenazas... Y por nuestra parte la sumisón, el bajar la cabeza, el tragar con todo, el no discutir, ni cuestionar, ni siquiera proponer alguna idea, ya que sólo las que a él le gustan son válidas. Esta situación día tras día te va minando, agotando y sobretodo anula cualquier ilusión por un trabajo, que aunque parezca mentira, tiene entre sus objetivos entretener y dvertir. ¡Menuda ironía!

Me indigna la indiferencia de los responsables máximos de la empresa, el mirar para otro lado, el consentirle a él todos sus caprichos (incluidos los cambios constantes de personal sin motivo fundado) mientras que todo el mundo en la casa sabe lo qué está pasando.

Me indigna también su cinismo, una cara amable, divertida e incluso en ocasiones encantadora de cara a la galería (y nunca mejor dicho porque estamos hablando de un personaje conocido) y el monstruo que cada día paga con nosotros sus miedos, inseguridades, traumas y carencias, que son muchas por cierto.

Algunos se preguntan, ¿por que aguantáis? Porque hay que pagar facturas, comer, vestirse, en definitiva sobrevivir, ¿no son motivos suficientes?, y porque además somos conscientes del privilegio de trabajar en una empresa importante y duele pensar que por un impresentable de esta calaña perdamos esta oportunidad tal y como están las cosas.

4 comentarios:

marga dijo...

Debería haber una manera de que todos los empleados juntos buscaran una solución pacífica a semejante injusticia... ya la buscaron? salu2

Calimero dijo...

La única solución sería que los jefes dejaran de protegerle..., y eso de momento no ha ocurrido. En cuanto a los empleados sólo podemos apoyarnos y ayudarnos, y es lo que hacemos.

Gracias!

Mercedes dijo...

Es una pena lo de tener un jefe así, y parece que difícil de cambiar. Con lo diferente que es el trabajo según el ambiente que haya en él.

A mi me parece importantísimo estar a gusto en el trabajo, pero claro, no siempre se puede, y como tu dices hay que pagar facturas y sobrevivir.

Trata de llevarlo lo mejor posible, seguro que tarde o temprano llegará un día en el que las cosas cambien a mejor.

Calimero dijo...

¡Gracias por los ánimos Mercedes, y por seguir leyendo mi blog :-)