Fin de las vacaciones

Odio planchar, y aquí estoy, haciéndome la remolona, e inventando mil excusas para no abordar esa montaña de ropa limpia que me espera. No hay vuelta atrás, se me acaban las vacaciones y mañana me incorporo de nuevo a la rutina laboral. La plnacha es sólo un indicio de lo que se avecina. Después de cinco semana de relativa anarquía, se impone la realidad y la vuelta al trabajo, ¡qué pereza!. Me he propuesto tomarme las cosas menos a pecho e intentar mantenerme serena ante lo que se me avecina. Habrá gritos, broncas, puñaladas por la espalda, y todo tipo de malos rollos, pero no quiero que me afecten como lo han hecho hasta ahora.
Al menos la incorporación es paulatina, esta semana será de toma de contacto, y al menos no habrá que madrugar...